miércoles, 1 de febrero de 2012

Avanzar.

Si, es verdad. No soy inmune a los mismos miedos que puede tener cualquier spankee. Por lo que se, en muchas relaciones ocurre que llega el tedio, la comodidad, el estancamiento, y uno de los dos, o ambos, termina por aburrirse como una ostra.
En mi caso, empecé a jugar con mi spanker con una serie de condiciones , bien definidas, y bastante restrictivas, lo confieso. Tanto, que pensaba que no iba a encontrar a nadie que quisiera jugar conmigo. Simplemente, tuve algunos problemas de salud, no soy la que he sido, con lo que yo he sido y el aguante que he tenido.Habia que hablarlo, y lo hablamos. Todo iba a ir a mi ritmo, todo iba a ser tal como yo pudiese jugar, sin poner nunca mi salud en peligro.
Pero claro, llevo varios meses jugando en un llamemosle primer nivel, y hoy queria algo mas. De manera que, entre risas,medio en broma medio en serio, hubo provocaciones, amenazas, hasta que cogi una de las almohadas y le di un golpe en la cara con ella. Suerte que sus gafas no cayeron al suelo. Se puso serio en el acto, y me dijo que ya estaba bien, que no me pasara.Amague con darle de nuevo con la almohada, y me dijo , con ese acento tan peculiar suyo, que si volvia a hacerlo, no se iba a limitar a lo de siempre , que a lo mejor habia llegado el momento en que debia "darme unos cuerazos".
Le segui el juego, deje la almohada, y me puse en plan como que iba a ser buena...Tan solo para pillarle a traicion y darle en la nuca en cuanto le tuve de espaldas.Se sentó en el borde de la cama y me dijo que me pusiese en sus rodillas. No me gusta relatar los azotes detalladamente, pero fueron muchos, y sin ropa que los amortiguase ni un poquito.Cuando ya estaba de pie, esperaba instrucciones, porque paso del rincon , y el lo sabe, pero era obvio que el castigo no habia acabado. Me paso el brazo por los hombros, me dio un besito en la cabeza, y me preguntó, sin preambulos, si podia ocultar durante unos dias un enrojecimiento mas serio del habitual. Me subio un cosquilleo por todas partes, y apenas pude asentir con la cabeza.
"Bien, señora. Arrodillese en la cama, que es la hora de su medicina"-Me dijo, ya con el cinto en la mano.
Todo habia sido tan facil...Una provocacion en el momento adecuado, una amenaza por su parte, observando mi reaccion, y al final, le di luz verde, sin ninguna duda.La medicina fue un poco amarga, claro, pero no fue demasiado duro.Eso si, hubo un monton de promesas por ambas partes, mias, de portarme como una señora educada (ay, es que hay momentos en los que se promete cualquier cosa...), y suyas de aplicar correctivos mas frecuentes.
Soy una spankee con suerte.

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