sábado, 22 de octubre de 2011

La tierra de los sueños.

Mercedes se sobresaltó al abrir los ojos y ver el reloj. De nuevo , iba a llegar tarde al trabajo.
Se arregló a toda prisa y salio corriendo. Por mucha prisa que se dió, cuando fichó pasaban 25 minutos de la hora.
Se puso el uniforme y fue rapidamente a ocupar su sitio, entre las risitas de sus compañeras.No paso ni una hora hasta que escucho su nombre por megafonia.
-¡srta Mercedes Dominguez! Acuda de imediato a personal.
Le temblaban las piernas cuando toco la puerta con los nudillos, y una voz seca le dijo adelante.
-De nuevo nos vemos en estas circunstancias, señorita Dominguez.
-Sr Lopez, deje que le explique.. el despertador...
-Me conozco sus excusas, y no van a servirle.Veinticinco minutos tarde... ya sabe lo que significa esto. ¿ verdad?
-si señor..
-A no ser que prefiera no aceptar la sancion . Esta en su derecho. Pero ya sabe lo que eso conlleva. Apertura de expediente, despido, y una mala hoja de referencias...
-La acepto señor Lopez.
-Vemos... El señor lopez teclea apresuradamente en un ordenador.. Tiene usted..¿ 31?
-Si, señor
-¿ ha sigo castigada antes por retrasos?.. si, claro, yo mismo recuerdo.. ¿ cuantas veces?
-esta será la tercera, señor.
-Muy bien. Le explico. Veinticinco azotes, uno por cada minuto de retraso.Multiplicados por tres , que es el numero de veces que ha cometido la misma falta. ¿ como andamos de matematicas?
-75, señor Lopez.
-Exacto. Si fuese usted menos de 20 años, podrian ser todos con la mano. Pero ya conoce las leyes de este pais. Las infractoras mayores de 20, deben recibir como poco la mitad de los azotes con una correa. Además, yo puedo exigir, y exijo en su caso , que el castigo sea mas severo. Por lo tanto, recibirá usted 25 azotes con la mano. otros 25 con un cepillo o pala de madera, y otros 25 con una correa.Firme aqui, declarando que acepta el castigo.
Mercedes firmó, con mano temblorosa.
-Pues ya sabe, señorita.Tiene 48 horas para traerme la filmación, en prueba de que ha cumplido la sanción.
-Yo.. yo.. No puedo , señor lopez...
-¿no tiene camara de video? No se preocupe, tengo aqui una que puedo prestarle..
-No tengo quien me aplique el castigo, señor..
El señor lopez vuelve a consultar algo en la pantalla..
-Según mis datos, es usted casada..No me diga que su marido es uno de esos rebeldes repugnantes que están en contra de la aplicación de las leyes...
Se interrumpe cuando Mercedes rompe a llorar desconsolada.
-No, por favor.. No se ponga asi, querida.. Yo soy un hombre discreto y no daré parte a las autoridades..
-Mi marido se fue de casa hace tres meses, señor Lopez.
-Entiendo... ¿ vive usted sola?
-Si, señor
-¿ no podría ir a casa de su s padres ? Ya sabe, las infractoras solteras y sin novio, suelen ser corregidas en el hogar paterno..
-Mis padres viven en otra ciudad, señor.
-¿ algun amigo? ¿ un compañero , quiza?
- En mi seccion son todo chicas, y me sentiria rara. En cuanto a mis amigos... Me averguenza que sepan que infrinjo las normas.. ¿ no podria usted...?
-Puess.. el caso es que de algun modo tenemos que resolver esto. Usted no va a quedarse sin su castigo, por supuesto. Vuelva a su puesto de trabajo , y presentese aqui a las dos y media.
Mercedes vuelve a su puesto, y pasa la mañana vendiendo perfumes. Mientras , el senor Lopez sigue con su tarea que, entre otras cosas, consiste en llamar a otras dos impuntuales. Una de ellas, una jovencita recien llegada, a la que explica pacientemente que su novio ha de aplicarle los 30 azotes con la mano que le corresponden, y grabarlo en un video que ella debe presentar como prueba. La otra es Lilian, la cincuentona encargada de la seccion de sombreros, una que se retrasa habitualmente, y que palidece cuando le dice que, aparte de los cien azotes que le corresponden( de los que diez serán con la vara), pasa informe de su conducta reincidente al comisario de zona, lo que seguramente supondrá una citacion en los juzgados. Todo el mundo sabe lo que alli pasa, te fichan, y a partir de ahí, un profesional se encarga de los azotes, que a veces son administrados en publico.
El señor Lopez despues se dedica a otras tareas, pero mira el reloj, algo nervioso, durante el resto de la mañana. Aunque cada dia decreta que varias empleadas sean azotadas,nunca ha aplicado castigo alguno mas que a su esposa. Y suele ser muy benevolente con ella, pues la señora tiene un genio terrible. No se quita de la cabeza la imagen de Mercedes, limpiandose las lagrimas. ¡que lastima! Una chica asi, sin nadie que se ocupe de disciplinarla, puede acabar en los juzgados facilmente, puede echarse a perder...Quiza deberia ocuparse el personalmente de ella en lo sucesivo.
A la hora señalada, Mercedes entra de nuevo en el despacho. El señor Lopez se ha quitado la chaqueta y se ha remangado la camisa, y está colocando una silla en el centro de la habitacion.
Obedeciendo a sus señas , Mercedes se coloca en su s rodillas. Los azotes comienzan, sobre la falda del uniforme,y pasados los cinco primeros, el sr Lopez le dice que si es que nadie le ha explicado que es tarea de ella contarlos en voz alta. Comienza la cuenta de nuevo.
Mercedes acepta el castigo,no pelea,no trata de cubrirse.Asiente em voz baja cuando el sr Lopez le pregunta si no cree que el castigo seria mas eficaz con la falda levantada. Y al llegar a veinte, no dice nada cuando nota como le baja las braguitas.Eso si, empieza a quejarse más, y cuando se cumplen los primeros 25, está llorando.
Está a punto de protestar cuando el sr Lopez le manda al rincón, porque eso no constaba en el documento que firmo.Pero no lo hace.
- ¿ puede usted volver a ponerse ene mis rodillas,jovencita?
Mercede slo hace, en parte encantada de que le llamen jovencita.El objeto, ahora, es un cepillo de madera,aun con la etiqueta puesta, se ve que Lopez ha ido a por el expresamente al area de ventas, y eso le hace sentirse halagada.
Lopez aplica el castigo con mas rigor, ahora. Y observa, complacido, como Mercedes lloriquea cada vez mas fuerte, y como, de manera espontanea, pide disculpas continuamente a la vez que cuenta los azotes.
La tercera tanda, el mismo le pide que, además de contarlos, de las gracias con cada azote de la correa. Al acabar, ella se muestra desconsolada, y no puede por menos de abrazarla. Para su sorpresa, ella le agradece el castigo recibido, y le dice que , con una disciplina constante como la que el ha impartido hoy, está segura de que no volveria a llegar tarde jamás. A lo que Lopez le responde que eso puede arreglarse, y que que le parece si se ven despues del trabajo para hablar de ello.


2 comentarios:

  1. ¡Que morbo! Muy divertido el relato. Un abrazo.

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  2. ¡ja ja ja ja! ¡Acepto una sociedad con azotes... pero, jo , eso de tener que grabarlos para justificar que has tenido el castigo...me parece a mí que iba a perder yo por el camino todos los videos. Me niego a que otros vean como me han azotado, eso no, no y no. (Aunque me cueste más azotes, más rincón o lo que sea.)

    Anita.

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